¿Qué se esconde en la mente de un asesino? ¿Qué es lo que le impulsa a matar y arrebatar vidas una detrás de otra? Muchas películas se han encargado de explorar estas cuestiones con mayor o menor fortuna. El de los asesinos en serie es ya todo un subgénero por sí mismo. Pero en este blog no nos quedamos cortos y comentaremos la primera película que se atrevió a plantear este tema.
Unos niños que juegan en la calle cantando una canción sobre el coco. Una madre que espera a que su hija vuelva del colegio. Una melodía silbada que anticipa el desastre (un fragmento de Peer Gynt) y acto seguido una sombra que saluda a una niña por la calle. Un globo perdido se eleva chocando contra unos cables. La misma madre angustiada al comprobar que pasa el tiempo y su hija sigue sin llegar a casa. Un asesino de niñas que no deja rastro y que provoca una histeria colectiva en toda la ciudad. Así empieza esta historia con la que Fritz Lang se atrevió a realizar su primera película sonora, basándose en un caso real y de plena actualidad.
La película se divide en tres partes diferenciadas: el asesinato de la pequeña Elsie, y la histeria desatada entre la población y la policía; dos reuniones entrelazadas en un interesante montaje paralelo, una entre los jefes de la policía, y otra entre los capos del crimen organizado, que ven amenazados sus “negocios” por las continuas redadas de los primeros en busca del criminal. Ambos discuten acerca de cómo cazar al asesino, cada uno por su lado, para que todo vuelva a la normalidad, y llevan sus planes paralelos a cabo. Mientras tanto, el asesino continúa ajeno a todo, hasta que la estrategia da resultado y le dan caza, y pasamos a la tercera parte: un juicio. Y hasta aquí puedo contar. Un magistral desenlace que da pie a múltiples lecturas y dilemas morales que plantear en la mente del espectador.
Supuestamente, M se basa en el caso real del asesino Peter Kürten, un asesino en serie que durante un tiempo había tenido atemorizada a la ciudad de Düsseldorf . Aunque el propio Lang lo desmentiría años más tarde, alegando que no se había basado en un caso en particular, ya que en el momento en el que decidió realizar la película había varios casos de asesinatos en serie que aterrorizaban a Alemania. Sea como fuere, Peter Kürten fue ejecutado por sus crímenes apenas pocos meses después del estreno de la película, y quizás por ello es con él con quien la historia del asesino de M se suele identificar.

Peter Lorre, marcado con la M de Mörder (Asesino)
Para interpretar al asesino, Lang escogió a un actor por entonces desconocido: Peter Lorre. Este papel supuso su salto a la fama, aunque al principio, gracias a esta obra, se le encasillara en papeles de villano. La verdad es que su interpretación resulta memorable, destacando sobre todo en su monólogo final durante el juicio.
M fue la primera película sonora de Fritz Lang, uno de los más grandes directores de todos los tiempos, y aún hoy sorprende por lo actual que resulta, no sólo en la temática, sino en su faceta técnica y su realización. Escenas como los primeros minutos en los que se sugiere el asesinato de la pequeña Elsie, el montaje paralelo anteriormente mencionado mostrando a los hampones y a la policía, o el uso de la melodía silbada para introducir e identificar al personaje del asesino, no la hacen parecer una película de 1931, época en la que el cine sonoro estaba recién nacido y aún en fase de experimentación. A lo largo de todo el metraje da la sensación de que podría haber sido realizada veinte años más tarde. Y es que M fue una pionera cuyos recursos visuales y sonoros serían imitados una y otra vez durante muchos años.
Por último, una curiosidad. Como ya hemos comentado, el asesino silba a menudo un fragmento perteneciente a la Suite Peer Gynt, de Edvard Grieg. Esta melodía silbada se utiliza para presentar al personaje cada vez que éste aparece (fue la primera vez que se empleó el recurso de asociar a un personaje con una música en concreto). Pues bien, Peter Lorre era incapaz de silbarla bien, por lo que fue doblado por el propio Fritz Lang, y por lo tanto son sus silbidos los que se escuchan durante todo el metraje de la cinta.
P.D.: He vuelto, y esta vez espero durar más, aunque no prometo nada ^^.